Para trabajar hoy hay nadar en la mediocridad, esa es la máxima de los responsables de recursos humanos; en sus cuestiones se intenta disipar cualquier duda de luz creativa, espontánea, única.
Las personas en este ámbito de semi-esclavitud, de deformación de la "realidad", de competición en carreras profesionales, encuentran una manera de escapar de las verdaderas cualidades individuales para formar parte de un todo desmembrado, pero social-mente aceptado. Para ello se apoyarán en mermar cualquier iniciativa personal desde la libertad.
La ignorancia mezquina presente no valorará las disciplinas artísticas o creativas como trabajo u ocupación laboral, llevando a la sociedad a una insalubre aptitud de negar al individuo, buscando el enfrentamiento y la rivalidad entre iguales, las personas, marginando al individuo, no como parte componente de la sociedad (muchos individuos con muchas ideas personales) y fabricando muchos individuos iguales que pelean por sobrevivir en el mar de la mediocridad con las armas de la difamación, el desequilibrio psicológico, entre otras no virtudes.
La sociedad esta sujeta al control, a la manipulación, a pensar, hablar y actuar de una manera uniformada, para sentirse seguros en la inseguridad, reclamando servicios sociales impuestos, innecesarios, en todas fases de la vida, trabajando en la mentira del estatus social, económico...
Trabajemos en lo vocacional para ser individuos realizados, felices, con amor.
sedimentos del odio social
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